jueves, 3 de noviembre de 2011

RETAL 6

De repente una oscuridad invadió la escena, cegando cualquier pensamiento, imagen o sonido. Por fortuna esa oscuridad se fue desvaneciendo, pero el escenario no era el mismo.

Los ruidos de unos pasos le volvieron a despertar y se incorporó de la cama en la que se encontraba tumbada. Tan pronto como se movió una mano le cogió el brazo. Y el dueño de esa mano le preguntó: “¿Estas bien?”

Rápidamente reconoció esa voz. Era la del grito que le advirtió del coche. Y al dirigir la mirada a la persona que le hablaba,por fin reconoció de quien se trataba.
Jorge, antigua pareja de Laura. Hacía dos años que lo habían dejado y Él había cambiado demasiado, ya no era el que recordaba. Antes era muy serio, de pocas palabras y siempre vestía con un cierto estilo casual, pero muy arreglado.

Ahora iba desarreglado, con bigote y perilla pero dejados crecer sin orden ni concierto. Se había convertido en una persona mucho más natural, sin arreglos ni artificios.

La escena confundió a nuestra protagonista, pero Jorge aclaró lo que pudo contándole que ya no necesitaba dedicar tanto tiempo a su imagen, porque se dedicaba a un nuevo talento descubierto, la pintura.

Además, también le contó que el coche no le había atropellado, que se desmayó antes.  Y estaba en el hospital esperando al resultado de unas pruebas que le habían hecho mientras ella estaba inconsciente.
Antes de pensar en lo escabroso de su “accidente”, lo primero que le vino a la cabeza de Laura fue el misterioso atractivo que Jorge tenía. Antes le parecía aburrido y demasiado plano para ella, pero ahora todo era distinto.

Empezaron a hablar mientras se oía de fondo  la vida del hospital.