viernes, 28 de octubre de 2011

RETAL 5

“¡Cuidadoooo! ¡Cuidado Laura!” Decía ese grito que no venía de su espalda, sino de la lejanía de su frente.
La verdad es que había estado tan concentrada en el asunto de la huida que no se había fijado de por dónde estaba pasando. Sólo se fijó en separar a la gente que le obstaculizaba el paso, de esquivar los objetos que podrían haberla hecho caer y hacer de su experiencia un fracaso.
Con el último grito reaccionó, más que nada por oír su nombre… Laura… Laura ya no significaba lo mismo. No representaba las mismas ideas de hace unos días. Ahora todo había cambiado, por lo menos eso parecía.
Nada más oír el grito se detuvo en seco  donde estaba, levantó la cabeza oteando la escena buscando la fuente de la cual venía su nombre pero, antes de poder encontrarla otro sonido le alarmó más aún.
Era el sonido de los frenos del coche que estaba a punto de atropellarla… De nuevo alguien gritaba su nombre: “¡Laura, quítate de ahí, joder!”

jueves, 27 de octubre de 2011

RETAL 4


Ya se había acabado el café, el irse de aquel bar era solo cuestión de minutos. Se echó la mano al bolsillo para pagar, cuando recordó que había salido de su piso de forma impulsiva y no había caído en coger dinero para posibles gastos.
Ahora dos cuestiones abordaban su cabeza. La primera era la más fácil de solucionar, “¿qué iba a hacer sin dinero en aquel bar?” La segunda tenía más miga, “¿debería volver a casa y pensar mejor las cosas?”
¡Y sí que tenía más miga! Si iba a casa tendría que rendirle cuentas a su antiguo yo, enfrentarse a todos los recuerdos que fue acumulando en aquel piso pequeño pero bien dispuesto. Y por no hablar de encontrarse a conocidos por la calle…
“Cómo empezar una nueva vida, si no paras de encontrar retales de la antigua”  Pensó para sí misma. 
Demasiados pensamientos de nuevo, se frotaba la frente con la mano mientras debatía con ella misma cual sería el camino a tomar ahora… El siguiente paso podría ser decisivo… pero también todos podrían serlo.
Se levantó tranquilamente del taburete del bar, y tomó el camino a la puerta. Cuando ya estaba en la calle, oyó unos gritos. No podía permitirse el lujo de comprobar si eran los del camarero exigiendo el euro y poco más que le debía. Corrió  con todas las fuerzas que pudo sacar. Era emocionante, casi nunca había hecho algo parecido, esquivar a la gente huyendo de un malhumorado trabajador.
Sus piernas parecían ir solas, su ropa se movía al ritmo que merecía la ocasión como si todos los engranajes estuvieran en su sitio y supieran qué hacer de antemano.
De repente, oyó otra voz que gritaba.

miércoles, 26 de octubre de 2011

RETAL 3

No sólo el olor de aquel bar le molestaba, también se mezclaba el sonido que hacía la cafetera al funcionar para dar a los consumidores su ración diaria de cafeína.  Consumidores que cansados de preguntar por qué,  decidieron tomar la vía más cómoda en principio y seguir sus caminos prefijados quizá desde un principio. “Por qué se necesitará tanto el café”  se preguntaba nuestra protagonista… quizá sus vidas no les otorga la suficiente energía para afrontar día tras día aquello que realmente no quieren…
“Por qué tomo yo café” se preguntó a sí misma. Demasiadas cosas pequeñas de grandes significados se le venían encima. De pronto el camarero, de aspecto aseado y curtido, se acercó y le preguntó qué iba a tomar.  Ella dijo: “un cortado”
La costumbre pudo más que sus reflexiones internas…

martes, 25 de octubre de 2011

RETAL 2

Se despertó rápidamente por el sonido de los pasos de los vecinos. Una pareja aburrida acompañada de dos niños vestidos con uniforme, hablaban de temas insustanciales mientras bajaban por las escaleras.

Poco tiempo tenía nuestra protagonista para esquivar una situación incómoda. Y aunque pareciera fácil salir del portal, no sabía muy bien cuál sería su lugar en este nuevo día y eso complicaba las cosas.

Salió del portal sin dedicarle el tiempo que hubiera querido a esta cuestión ya que los pasos eran cada vez más cercanos y la conversación de la pareja más aburrida.

La luz del día era demasiado potente como para alzar la mirada y descubrir en qué barrio estaba. Así que anduvo hasta el bar más cercano y entró en él. Apestaba a desayuno y tenía mucha angustia, nunca pudo desayunar más que un café, el olor a bollería, tostadas y demás no le resultaba muy agradable.  Se sentó en la barra y esperó al camarero, mientras decidía que haría para hacer del día algo que valga la pena.

lunes, 24 de octubre de 2011

RETAL 1

Y cansada de despertar obligada por el sonido del despertador, decidió huir de las horas y andar despacio en varias direcciones, como aquel que anduvo perdido hasta que sin saber cómo, encontró la meta. Pisó todo tipo de aceras y escuchó, desde la lejanía, conversaciones de los transeúntes hasta que se detuvo a dormir en un portal, cuya puerta estaba mal cerrada.  Sólo un día había pasado y ya no era la misma de ayer. Su ropa no estaba perfectamente en su sitio, y su pelo se había olvidado de su antiguo peinado. (...)